martes, 10 de enero de 2012

Nacimiento

Hoy Nadeshiko ha dado a luz de nuevo.

Se ha dado luz a sí misma.

El nombre que se ha dado la recién nacida es Ciencia.


Hanatarô


O cómo me busco excusas para encajar nuevos personajes en mi familia. Al menos podrán compartir cuerpo, cara, pelo... son la misma persona. Ciencia no es más que las emociones contenidas de Nadeshiko. En algún momento, por muy perfecta que sea, tiene que explotar por algún sitio. Al fin y al cabo, sigue siendo humana.


Le haré su propia ficha allgún día, cuando haya madurado más en mi cabeza.


Ah, dejo al principal culpable de este nacimiento, descubierto en www.sci-ence.org, que canta con una maravillosa y misteriosa voz:



jueves, 15 de septiembre de 2011

Puesta a punto

Por fin las fichas de las flores están listas y en su sitio. Falta la del creador, pero esa es más compleja y tendrá que esperar. Mañana intentaré hacer lo mismo en el otro blog, con sus vidas actuales.

Por otro lado, van dos intentos de escribir una continuación al encuentro de Hima y Popo, pero no hay manera. No se cómo salir, desde qué punto de vista enfocarlo...

Y tengo que etiquetar las entradas, nunca me acuerdo de hacerlo.

viernes, 19 de agosto de 2011

- ¿No te preocupa que esté allí abajo?

Tôya miró sobre su hombro un segundo. Sakura estaba en su puerta, jugando distraídamente con su pelo, sin mirarlo a él, por lo que siguió tecleando y mirando sus pantallas.

- Ya sabes que mientras esté fuera, no es peligroso. Allí abajo no hay nada que le pueda hacer daño.

- ¿Eso piensas? - Sakura resopló -. Allí hay cosas de cristal, metales... ¡Bisturís! ¡Y cables! ¿Qué pasa si pisa un charco electrificado?

Esta vez, Tôya se giró completamente, silla incluida.

- Y luego soy yo el hermano sobreprotector...

- Ugh... No quiero ser sobreprotectora, es sólo que es tan pequeña que... no sé...

- Tú no levantabas mucho más del suelo con ella cuando te colaste no en el laboratorio, sino en la sala Edén, que es peor. Y si no me fallan las cuentas, eras bastante más joven de edad que ella, - respondió Tôya, conteniendo una sonrisa de medio lado que pese a sus esfuerzos, no pasó desapercibida.

- A veces te odio, a ti y a esa cabeza tuya - fue la respuesta de ella, acompañada por un hinchamiento de mofletes y sacamiento de lengua.

- Yo también te quiero, cerecita - esta vez no hizo nada por ocultar la sonrisa.

jueves, 18 de agosto de 2011

Primer encuentro

A ojos de la pequeña Himawari, aquel laboratorio era enorme. Allí siempre había cables por el suelo, matraces y probetas con sustancias de aspecto extraño, placas de petri con cultivos semiolvidados y demás cachivaches repartidos por las cuatro mesas enfrentadas cuya altura era sólo ligeramente inferior a la de la niña, y no llegaba a asomar la cabeza por encima más allá de la nariz. Pero eso hacía tiempo que ya no le preocupaba, su atención ya no se la llevaban aquellos recipientes de cristal. Tampoco la campana de extracción, que siempre tenía algo humeante o destelleante. Ni siquiera el microscopio de aspecto futurista de la mesa pricipal.


No, ya no. Unos días atrás, Hanatarô había pasado encerrado largas horas en aquel laboratorio, y nuevo material había bajado y no había vuelto a subir. Todos andaban intrigados de una u otra manera. La mayoría sabía casi seguro qué estaba pasando, pero Himawari, al ser la más pequeña, lo contemplaba todo con ojos curiosos, deseosa de poder colarse a investigar.


Por fin, Hanatarô salió, cogiendo el coche y marchándose de la casa. Todos sabían que tardaría en volver, y Himawari vio su oportunidad para entrar a echar un vistazo. Nadie se lo impidió, sabían que la niña no causaría ningún destrozo, y tampoco es que se preocuparan de mantener la privacidad de aquel lugar. 


Bajó las escaleras con cuidado, ya en una ocasión se había resbalado con quién sabe qué cosa. El escáner de seguridad no le supuso ningún problema, seguía tan anticuado como siempre. Tôya más de una vez insinuó que en el fondo lo más seguro es que a Hanatarô le daba igual que entraran o no, mientras fueran capaces de no dejar rastro. Era como una de tantas pruebas que tanto le gustaba a aquel loco hacerles.


Empujó la primera puerta y dejó que se cerrara sola. La siguiente se abrió sola con un zumbido irritante. ¿Cuándo se decidiría a cambiarla? O al menos a arreglarla de una vez. Al acabar de abrirse, los ojos de Himawari, dilatados por la oscuridad, le dolieron ante el inusual resplandor verde que inundaba la sala. Las mesas del fondo habían sido desplazadas hacia las paredes laterales, y en el centro había ahora un cilindro vertical, ancho, de un metro de diámetro, con una base que parecía suministrar aire y calor a aquella sustancia de dentro que no estaba muy claro si era verde, o lo parecía por la luz que salía de los tres focos del fondo. En esa base además había una terminal que parecía marcar unas constantes vitales con un pitido regular.Al fijarse mejor, Himawari vio que en el centro, suspendido gracias a la corriente de aire y con un cable unido a su parte superior, se veía un huevo de un tamaño algo menor que su propia cabeza. En la superficie, un código y el nombre "Ave del Paraíso".

miércoles, 1 de junio de 2011

Tôya

The Eternal Pain Wisdom


¿De qué te sirve el cerebro si no te paras a pensar antes de actuar?


Molde: -
Ojos: Azul hielo (?)
Pelo: Negro azabache


Nombre: Tôya (Peach Blossom)
Género: XY
Edad: 11 reales, aspecto de 19.

Ocupación: Base de datos
Carácter: Callado, aparente tranquilidad, gran paciencia. Pero si se le acaba, es extremadamente brusco y sin tacto.

Contexto: Tôya fue el primero de los experimentos concebidos en el interior de Nadeshiko. Con él, Hanatarô quiso romper las barreras del cerebro humano, centrándose en las neuronas y sus conexiones y decadencia. No hace falta decir que logró crear el cerebro físicamente perfecto, con memoria fotográfica imborrable y división perfecta de las neuronas, evitando fuuros problemas. Además, la sinapsis en el cerebro de Tôya le permite procesar datos a una velocidad superior.

Peculiaridades: Mirada calculadora, aspecto algo desastrado y la manía de pasarse los dedos por el flequillo.

Nadeshiko

The First Sin Dream

No importa tu origen, lo que te forja es lo que vives y con quién lo vives.

Molde: -
Ojos: Verde bosque
Pelo: Azul grisáceo de mohair (¿a mano?)



Nombre: Nadeshiko (Chinese Carnation)
Género: XX
Edad: 15 años reales, cuerpo de no más de 20




Ocupación: Origen
Carácter: Apacible, tranquila. No tiene prisa pues el tiempo le sobra.

Contexto: Nadeshiko es la primera y más antigua flor del jardín de Hanatarô. Fue diseñada para ser genéticamente perfecta: ninguna propensión a enfermedades, organos fuertes. Su exterior hace juego con su interior: su piel es perfecta, ni una marca o lunar siquiera, su figura es estilizada y equilibrada, cabello brillante, suave y espeso, además de largo, facciones angelicales, voz calmada, mirada suave.

 Sus células esconde el secreto más importante descubierto por Hanatarô, la quimera más perseguida por la humanidad desde los albores de la historia: juventud eterna e inmortal. Hanatarô logró en ella doblegar la telomerasa, que mantienen los telómeros intactos, con la consecuente salud eterna a nivel celular, pero sin el peligro de la pérdida de control y la aparición de cáncer gracias a la cuidadosa calibración génica de Hanatarô.

En Nadeshiko se han sembrado los embriones del resto de flores: Tôya, Sakura y Himawari.

Peculiaridades: A menudo se coloca flores en el pelo. Le gusta ir descalza.



Tanpopo

The Wild Failure Guardian


No se puede controlar lo salvaje.


Molde: SOOM Monthly Doll Birdie Windie Alk
Ojos: Turquesa con pupila azul marino, celeste sin pupilas cuando pierde el control.
Pelo: Butter, y White al perder el control, de Spite&Malice


Nombre: Tanpopo (Dandelion) a.k.a. "Ave del paraíso"
Género: XY
Edad: 4 años reales, apariencia de 6 o 7.

Ocupación: Guardián.
Carácter: Tímido, callado, pero gruñón. Pierde los nervios fácilmente. Odia que lo confundan con una niña.

Contexto: Tanpopo es un proyecto posterior, en el que Hanatarô comenzó a investigar la combinación de animales con humanos, y de paso control de la personalidad para (intentar) evitar un carácter demasiado salvaje. Durante el proceso debió de haber algún sabotaje error y Tanpopo resultó ser inestable. Su carácter, pese a las precauciones, resultó ser algo salvaje, animal. Su control sobre la parte animal depende de su humor y se descontrola si pasa vergüenza o ira, resultándole muy difícil retomarlo.

En un principio, Hanatarô al ver que era imposible reparar sus fallos quiso deshacerse de él, pero Himawari logra salvarle la vida y Sakura, ayudada por contactos externos, lo ubica en casa de Kiyokazu, un conocido de su hermano y de su amiga Kobato.

Peculiaridades: No es difícil tomarlo por una niña de piel clara, ojos azules y labios rosados, y esto le lleva por la calle de la amargura. Su mezcla se efectuó con un ave, y por ello puede transformar sus brazos en alas y sus piernas en garras. Sin embargo, sus orejas puntiagudas no parecen ser controlables y están ahí siempre, por lo que tiene que dejarse el pelo largo para su desgracia. Le gusta vestir de azul.